Directamente al contenido
MOLEQLAR MOLEQLAR
Cortisol y nutrición: cómo los micronutrientes, el sexo y el estilo de vida influyen en la respuesta al estrés

Cortisol y nutrición: cómo los micronutrientes, el sexo y el estilo de vida influyen en la respuesta al estrés

Artículo invitado de nuestra experta en nutrición Dra. Dorothea Portius

El cortisol, el glucocorticoide más importante del cuerpo humano, se regula a través del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (eje HPA). No es solo la llamada “hormona del estrés”, sino que también desempeña funciones centrales en el metabolismo energético, inmunitario y cerebral.

La liberación de esta hormona tan importante sigue un marcado ritmo circadiano: concentraciones máximas a primera hora de la mañana (aprox. 30–45 minutos después de despertarse) y un descenso continuo a lo largo del día. Esta dinámica natural es esencial para la energía, la motivación y el rendimiento cognitivo.

Cortisol como componente de la respuesta al estrés neuroendocrino con un amplio espectro de efectos

Metabolismo de la glucosa

  • Gluconeogénesis (producción de glucosa en el hígado)
  • Inhibición de la captación de glucosa en los tejidos periféricos
  • Antagonista de la insulina

Sistema inmunitario

  • Efecto antiinflamatorio agudo (inhibición de citocinas como IL-1, IL-6, TNF-a)
  • Efecto inmunoinhibidor crónico

Sistema nervioso central

  • Influencia en el estado de ánimo, la vigilancia y los procesos de memoria mediante la estimulación de interacciones con la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal

Sistema cardiovascular

  • Efecto hipertensor:
  • Estimulación indirecta de los receptores adrenérgicos α
  • Estimulación directa de los receptores de mineralocorticoides (retención de sodio)

¿Qué ocurre con una secreción crónicamente elevada de cortisol?

Una activación permanente del eje HPA – por ejemplo, debido al estrés crónico, la falta de sueño, procesos inflamatorios o una alimentación inadecuada – conduce a una liberación de cortisol desregulada, p. ej.

 Este ritmo alterado tiene consecuencias:

  • Obesidad visceral (aumento de la acumulación de grasa en la cavidad abdominal) e resistencia a la insulina
  • Trastornos neurocognitivos (p. ej. rendimiento de la memoria reducida, problemas de concentración)
  • Depresión, irritabilidad, estados de ansiedad
  • Aumento del estado inflamatorio e inmunosupresión
  • Hipertensión, trastornos del sueño y agotamiento

Diferencias específicas de sexo: el cortisol no actúa igual en todas las personas

Las mujeres presentan una mayor reactividad hormonal al estrés psicosocial que los hombres, especialmente en contextos sociales o en el procesamiento de conflictos interpersonales. El eje HPA de las mujeres está más influenciado por las hormonas sexuales (estrógeno y progesterona), que a su vez modulan los receptores de glucocorticoides.

Fluctuaciones relacionadas con el ciclo en la respuesta al estrés:

  • Fase folicular (1.–14. Zyklustag): respuesta de cortisol más débil, mayor resiliencia al estrés
  • Fase lútea (día 15–28): mayor reactividad del cortisol, irritabilidad emocional, trastornos del sueño, menor resiliencia al estrés
  • Menstruación: mayor sensibilidad al dolor, cambios de humor, pérdidas de magnesio
  • Perimenopausia/Menopausia: la disminución de estrógeno y progesterona desestabiliza el eje HPA → riesgo de cortisol crónicamente elevado, “estrés hormonal”, inquietud interior

En cambio, los hombres suelen mostrar una respuesta al estrés dominada simpático-adrenérgicamente mediante el aumento de la frecuencia cardíaca y activada por noradrenalina), mientras que la activación del eje HPA impulsada por el cortisol tiende a ser más plana.

La alimentación como factor clave: el cortisol influye en nuestro comportamiento alimentario y viceversa

Estrés y alimentación en desequilibrio

Los niveles crónicamente elevados de cortisol (estrés) favorecen un comportamiento alimentario desfavorable:

  • Antojos de alimentos densos en energía: el cortisol estimula el apetito, sobre todo por azúcar y grasa (“comfort food”)
  • Aumento de la ingesta calórica bajo carga: demostrado sobre todo en mujeres con alimentación restrictiva
  • Desacoplamiento de la sensación de hambre y saciedad debido a la alteración de las señales de grelina y leptina

Así se crea un círculo vicioso de estrés, aumento del cortisol y alimentación descontrolada, que a largo plazo puede conducir al aumento de peso, la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico.

Nutrición para la regulación del cortisol: ¿Qué nutrientes ayudan?

La alimentación tiene el potencial de modular específicamente el equilibrio del cortisol, tanto mediante una distribución dirigida de los macronutrientes como a través de la ingesta específica de micronutrientes:

Magnesio: el bloqueador natural del estrés

El magnesio es un mineral antiestrés central que regula el eje HPA mediante varios mecanismos:

  • Inhibe la liberación de ACTH en la glándula pituitaria (hipófisis) → reducción de la liberación de cortisol
  • Reducción de la sobreexcitación neuronal a través de determinados receptores (antagonismo NMDA)
  • Favorece la actividad parasimpática → efecto calmante sobre la frecuencia cardíaca y la calidad del sueño
  • Actúa de forma sinérgica con la vitamina B6: mejora el estado de ánimo y también reduce los síntomas de estrés relacionados con el síndrome premenstrual (SPM) en mujeres

Bueno saber: El estrés aumenta la necesidad de magnesio (debido a una mayor excreción en los riñones y al aumento del estrés oxidativo).Las mujeres también pierden una cantidad superior a la media de magnesio durante la menstruación.

Ingesta recomendada: 300–400 mg/día (mujeres); en caso de mayor exigencia pueden ser necesarias dosis más altas, idealmente en forma de magnesio orgánicamente ligado (p. ej., glicinato o treonato de magnesio).

Alimentos ricos en magnesio

  • Semillas de calabaza, almendras, anacardos
  • Copos de avena, frijoles negros
  • Chocolate amargo (mín. 75 %)
  • Espinaca, acelga, brócoli

Dorothea Portius es nutricionista, investigadora y autora

Otros micronutrientes con efecto antiestrés

Nutriente

Efecto

Alimentos

Vitamina C

Atenuación de los picos de cortisol

Efecto antioxidante

Pimiento, brócoli, espino amarillo, grosellas

Vitaminas B (z.B. B6, B1)

Cofactores de la síntesis de neurotransmisores como la serotonina & dopamina

Reducción del agotamiento mental

Cereales integrales, legumbres, huevos

Ácidos grasos omega-3 (DHA & EPA)

Efectos antiinflamatorios

Reducción de reacciones excesivas de cortisol

Salmón, arenque, aceite de algas y de pescado; precursores: semillas de lino, aceite de colza

Triptófano

Sustancia inicial de la serotonina, regulación del estado de ánimo

Pavo, pollo, huevos, sésamo, soja

Polifenoles (z.B. Catequinas, flavonoides)

Ansiolítico y atenuación de estados de tensión, Efectos antioxidantes en el sistema nervioso

Bayas, chocolate negro, té verde

El momento de las comidas es decisivo: una alimentación acorde al ritmo apoya el equilibrio de las hormonas del estrés

Un ritmo de comidas alterado e irregular puede hacer descarrilar el curso circadiano del cortisol.

  • Comidas tempranas, sobre tododesayuno rico en carbohidratos (fibra) y proteínas atenúa la respuesta de cortisol durante el día
  • Las cenas demasiado tardías y copiosas pueden desplazar la producción de cortisol y melatonina y alterar el sueño
  • La alimentación restringida en el tiempo, en armonía con el curso natural del cortisol, mejora los parámetros metabólicos y reduce los niveles de inflamación

Conclusión sobre el cortisol

El cortisol no es una “hormona mala”, sino un regulador finamente ajustado que nos ayuda a reaccionar ante exigencias especiales. Sin embargo, en nuestro ajetreado y abrumador día a día y entornos de vida actuales, el estrés crónico está constantemente presente, y con ello el riesgo de que el cortisol pase de ser un ayudante a convertirse en un factor de riesgo.

La alimentación es aquí un poderoso modulador de este eje.Los macro y micronutrientes pueden ayudar a amortiguar los picos de cortisol, estabilizar los sistemas neuroendocrinos y favorecer la resiliencia al estrés. El magnesio destaca aquí como mineral clave, especialmente para las mujeres, cuya sensibilidad hormonal al estrés está marcada por las fases del ciclo y las transiciones hormonales.

Un manejo consciente y una mayor atención en la elección de los alimentos, los ritmos de alimentación y los micronutrientes no es por tanto un “tema de estilo de vida”, sino una estrategia basada en la evidencia para el manejo del estrés, tanto preventiva como terapéutica.

Fuentes
  • Chawla S, Beretoulis S, Deere A et al. The Window Matters: A Systematic Review of Time Restricted Eating Strategies in Relation to Cortisol and Melatonin Secretion. Nutrients 2021; 13. doi:10.3390/nu13082525
  • James KA, Stromin JI, Steenkamp N et al. Understanding the relationships between physiological and psychosocial stress, cortisol and cognition. Front Endocrinol (Lausanne) 2023; 14: 1085950. doi:10.3389/fendo.2023.1085950
  • Lorig F, Kiessl GR, Laessle RG. Stress-related cortisol response and laboratory eating behavior in obese women. Eat Weight Disord 2016; 21: 237-243. doi:10.1007/s40519-015-0190-3
  • Moyers SA, Hagger MS. Physical activity and cortisol regulation: A meta-analysis. Biol Psychol 2023; 179: 108548. doi:10.1016/j.biopsycho.2023.108548
  • Pearlmutter P, DeRose G, Samson C et al. Sweat and saliva cortisol response to stress and nutrition factors. Sci Rep 2020; 10: 19050. doi:10.1038/s41598-020-75871-3
  • Pulopulos MM, Baeken C, De Raedt R. Cortisol response to stress: The role of expectancy and anticipatory stress regulation. Horm Behav 2020; 117: 104587. doi:10.1016/j.yhbeh.2019.104587

Índice

    Cesta de la compra 0

    Su cesta de la compra está vacía

    Empezar por la compra