Directamente al contenido
MOLEQLAR MOLEQLAR
Desintoxicación del hígado: el papel de la nutrición y los micronutrientes

Desintoxicación del hígado: el papel de la nutrición y los micronutrientes

El hígado es el multitalento subestimado del cuerpo. Mientras el corazón y el cerebro acaparan los titulares, él trabaja incansablemente en segundo plano, y lo hace con una eficiencia asombrosa. Investigaciones actuales muestran que la célula hepática promedio tiene solo unos tres años de edad, independientemente de la edad de la persona. Esta notable capacidad de regeneración convierte al hígado en un órgano clave para la longevidad. Pero ¿cómo podemos apoyar de forma óptima esta capacidad natural de autolimpieza y desintoxicar el hígado?

Función del hígado: el hígado como central metabólica

Con aproximadamente 1,5 kilogramos, el hígado es el órgano interno más grande y cumple más de 500 funciones diferentes. Produce diariamente alrededor de un litro de bilis, procesa nutrientes, almacena vitaminas y minerales y, especialmente relevante para la longevidad, desintoxica continuamente el cuerpo.

La desintoxicación se lleva a cabo en dos fases: en la fase I, las sustancias tóxicas son modificadas por las enzimas del citocromo P450. Estas enzimas disminuyen con la edad; en personas mayores de 70 años su actividad está claramente reducida, lo que puede influir en la tolerancia a los medicamentos. En la fase II, estas toxinas modificadas se vuelven hidrosolubles y pueden ser excretadas.

El hígado muestra una resiliencia única frente al proceso de envejecimiento. Mientras que otros órganos presentan claras pérdidas funcionales relacionadas con la edad, las pruebas de función hepática se mantienen en gran medida dentro de los valores normales incluso en edades avanzadas. Esta “juventud” se basa en varios mecanismos de adaptación: los hepatocitos pueden aumentar su tamaño (hipertrofia) para compensar pérdidas funcionales, la longitud de sus telómeros se mantiene sorprendentemente estable y las células muestran una notable plasticidad.

Salud hepática y nutrición 

La diferencia entre glucosa y fructosa

Quizá ya hayas oído: «Azúcar es azúcar». Pero no es tan sencillo. Tu cuerpo trata la glucosa y la fructosa de forma completamente diferente, como también explicamos en nuestro artículo sobre edulcorantes y sus posibles riesgos. Mientras que la glucosa se metaboliza de forma dependiente de la insulina, el hígado absorbe directamente la fructosa, sin el «mecanismo de freno» de la insulina. Suena práctico, pero no lo es: demasiada fructosa (más de 50 g al día, lo que equivale a aproximadamente medio litro de refresco) sobrecarga el hígado y favorece el desarrollo de hígado graso no alcohólico (NAFLD). Lo insidioso: la NAFLD no causa síntomas durante mucho tiempo, pero ya afecta a alrededor del 25 % de la población mundial. Así que, para tu longevidad, es un verdadero factor de riesgo. 

Consejo para el día a día: Cambia con más frecuencia los refrescos azucarados o los zumos de frutas por agua mineral con limón fresco. Y cuando comas fruta, mejor la pieza entera, con fibra, en lugar de zumos exprimidos.

¿Función hepática y proteínas?

La proteína es importante, pero ¿cuánta tiene realmente sentido? Los estudios muestran que una ingesta moderada de proteínas (0,8–1,0 g por kilogramo de peso corporal) es óptima para el hígado. Para el desarrollo muscular, también puede ser algo más. La proteína favorece la autofagia, es decir, el “servicio de limpieza celular” que recicla componentes celulares dañados y, de este modo, promueve un envejecimiento saludable. Puedes descubrir más sobre la alimentación para la Longevity en nuestro artículo sobre el tema.

Consejo para el día a día: No tienes que renunciar por completo, pero prueba más a menudo fuentes de proteína vegetal como legumbres, frutos secos o quinoa. Así alivias tu hígado y aportas variedad a tu alimentación.

Polifenoles y su influencia en el hígado

Los polifenoles se encuentran entre los compuestos vegetales secundarios más interesantes, presentes en abundancia en el té verde, las bayas o la cúrcuma. En estudios científicos, a menudo se asocian con un posible apoyo al hígado.

Un ejemplo: epigalocatequina galato (EGCG) del té verde se asocia en estudios con un menor estrés oxidativo en el hígado. Además, la curcumina, el compuesto bioactivo de la cúrcuma, muestra en trabajos de investigación efectos interesantes sobre vías de señalización como Nrf2, que están asociadas a procesos antioxidantes.Un metaanálisis de 2023 observó además que la ingesta diaria de cápsulas de cúrcuma estaba relacionada con cambios en las enzimas hepáticas ALT y AST, ambos marcadores que se utilizan en la investigación de la función hepática.

Consejo para el día a día: Una taza de té verde por la mañana, un poco de cúrcuma en la comida (preferiblemente combinada con pimienta negra para una mejor absorción) o un puñado de frutos rojos como tentempié son formas sencillas de integrar en la rutina diaria alimentos ricos en polifenoles. 

Ritmo circadiano y metabolismo hepático

Tu hígado sigue, de forma similar a un reloj interno, un claro ritmo día-noche. Se estima que alrededor del 15 % de los genes hepáticos están regulados de manera circadiana. Estudios científicos indican que comer tarde (por ejemplo, después de las 20:00) puede influir en este ritmo finamente ajustado.

En la investigación también se debate que una ventana de alimentación limitada en el tiempo («Time-Restricted Eating» o ayuno) podría ayudar a apoyar la sincronización circadiana del hígado e influir en los procesos del metabolismo energético. Existen diferentes enfoques con ventanas de alimentación de 8 a 10 horas. Qué forma se adapta mejor de manera individual depende de los hábitos y necesidades personales.

Detox & Longevity – mitos vs. hechos

El término dietas detox es científicamente controvertido: batidos, tés y curas que supuestamente liberan tu cuerpo de «toxinas». El hecho es que tu cuerpo dispone, con el hígado y los riñones, de sus propios sistemas de desintoxicación que están activos de forma continua. Para estos procesos, sobre todo un estilo de vida saludable y una alimentación equilibrada son beneficiosos: no son necesarios zumos especiales ni curas.

Mito 1: Limpieza hepática mediante curas detox.

Hecho: El hígado es un órgano autolimpiante. Posee complejos sistemas enzimáticos que descomponen las sustancias nocivas en dos fases y las vuelven eliminables. Lo que realmente necesita son nutrientes, energía y un estilo de vida saludable. Las curas de ayuno extremas o los “zumos desintoxicantes” incluso pueden ser perjudiciales: en estudios se observó que una ingesta calórica drásticamente reducida disminuía la producción endógena de glutatión, ese antioxidante que protege al hígado en la neutralización de los radicales libres.

Consejo para el día a día: mejor evita las dietas relámpago. En su lugar, integra pausas regulares para el ayuno, por ejemplo 12–14 horas durante la noche, y procura mantener una alimentación rica en nutrientes.

Mito 2: Los lavados de hígado eliminan “piedras”.

Quizás ya hayas leído sobre las “limpiezas de hígado” con aceite de oliva y jugo de pomelo. Sin embargo, bajo el microscopio se muestra lo siguiente: las supuestas “piedras” en realidad están compuestas por productos de saponificación, es decir, grumos de aceite y ácido cítrico que se forman en el intestino. Hasta ahora no se ha podido demostrar ningún beneficio científico para el hígado.

Consejo para el día a día: si realmente quieres aliviar tu hígado, reduce el alcohol al mínimo, evita los alimentos ultraprocesados e incorpora sustancias amargas, por ejemplo de la rúcula, la achicoria o las alcachofas.Se investigan en relación con una producción estimulada de bilis y pueden apoyar la digestión

Desintoxicar el hígado - ¿Qué funciona realmente? 

En lugar de recurrir a caros productos detox, puedes apoyar tu hígado con una alimentación equilibrada rica en nutrientes importantes. Especialmente relevantes son:

  • Vitaminas B (p. ej. de cereales integrales, legumbres, frutos secos): son conocidas como cofactores de numerosas enzimas en el metabolismo energético, también en el hígado.
  • Magnesio (p. ej. en semillas de calabaza, espinacas o agua mineral): contribuye a un metabolismo energético normal y, por tanto, también es importante para las células hepáticas.
  • Los compuestos que contienen azufre de las crucíferas como el brócoli, la col o el berro se asocian en estudios con el apoyo de los procesos de desintoxicación propios del organismo.

Alimentación & suplementos para desintoxicar el hígado: recomendaciones basadas en la evidencia

Energía para las células hepáticas: ¿qué papel desempeña la coenzima Q10?

Tus células hepáticas necesitan mucha energía para procesar los nutrientes y descomponer los productos metabólicos. La coenzima Q10 desempeña un papel importante en el fortalecimiento de las mitocondrias en lo que respecta a la producción de energía. A medida que aumenta la edad, disminuye la producción propia del organismo, por lo que en los estudios se debate una suplementación para apoyar el suministro de energía de las células, también en el hígado.

Protección contra el hígado graso: ¿Qué dice la investigación sobre los ácidos grasos omega-3?

Ácidos grasos omega-3 como el EPA y el DHA procedentes de aceite de pescado o de aceite de algas contribuyen a una función cardíaca normal y apoyan el metabolismo de las grasas. En estudios científicos también se han relacionado con efectos positivos sobre la salud del hígado, especialmente en lo que respecta a los trastornos del metabolismo de las grasas.

Reabastecimiento de glutatión: ¿Qué papel desempeña la N-acetilcisteína (NAC)?

El glutatión se considera un antioxidante central en el hígado. N-acetilcisteína (NAC) es un precursor del aminoácido cisteína y en la investigación se debate como posible suministrador para la síntesis de glutatión. De este modo, podría apoyar los procesos antioxidantes propios del organismo. En combinación con glicina, la combinación GlyNAC aporta dos de los tres componentes básicos del glutatión.

¿Qué rutinas ayudan a aliviar tu hígado en el día a día?

El momento lo es todo

  • Desayuno: Empezar con muchas proteínas estabiliza los niveles de azúcar en sangre y alivia el hígado
  • Almuerzo: La comida más grande del día: ahora la digestión está en su punto más fuerte
  • Cena: Ligera y al menos 3 horas antes del sueño
  • Fase de ayuno: Una pausa de comida de 12-14 horas durante la noche activa la autofagia

Los favoritos del hígado en tu plato

  • Crucíferas: Brócoli, coles de Bruselas, col rizada (al menos 3 veces por semana)
  • Sustancias amargas: Rúcula, achicoria y alcachofas estimulan la producción de bilis
  • Alimentos ricos en azufre: Ajo y cebollas apoyan la desintoxicación de fase II
  • Té verde: 2-3 tazas al día para la potencia del EGCG
  • Café: Sorprendente: según un estudio, 2-3 tazas reducen el riesgo de cirrosis hepática en un 44%

Movimiento y sueño

Se ha demostrado que el ejercicio regular tiene un efecto positivo en el hígado.Ya una actividad moderada (aprox. 150 minutos por semana) puede reducir la grasa hepática, a menudo de forma más eficaz que las dietas por sí solas. Los entrenamientos interválicos de alta intensidad (HIIT) también han mostrado en estudios mejoras de la resistencia a la insulina.

El sueño es otro factor decisivo. Las personas que duermen menos de 6 horas por noche tienen, según estudios, un riesgo significativamente mayor de padecer hígado graso no alcohólico (NAFLD). Además, muchos procesos regenerativos del hígado tienen lugar sobre todo por la noche, por lo que un sueño profundo suficiente es especialmente importante.

Alcohol: la incómoda verdad

Para una salud hepática óptima se aplica lo siguiente: cuanto menos, mejor. Las sociedades científicas proporcionan valores de referencia según los cuales las mujeres con un máximo de unos 10 gramos de alcohol al día y los hombres con unos 20 gramos siguen estando en el rango moderado. Aún mejor: nada de alcohol.Más importante que la cantidad es la frecuencia: el consumo regular, incluso en pequeñas porciones, sobrecarga el hígado más que beber ocasionalmente con suficientes pausas entre medias.

Manejo del estrés

El estrés crónico aumenta la hormona del estrés cortisol, lo que estimula la gluconeogénesis en el hígado y puede conducir a la acumulación de grasa. La meditación, el yoga o simples ejercicios de respiración (técnica 4-7-8) son conocidos por reducir el estrés y equilibrar el sistema hormonal.

El hígado como órgano clave para una vida larga y saludable

El hígado es un órgano extraordinario con una capacidad de regeneración excepcional. Su juventud —con hepatocitos que tienen, de media, solo tres años de edad— lo convierte en un actor central para la longevidad.La buena noticia: puedes apoyar activamente tu hígado y desintoxicarlo sin tener que recurrir a dudosos tratamientos detox.

La ciencia lo deja claro: una combinación de nutrición optimizada en el tiempo, nutrientes específicos, ejercicio regular y suficiente sueño crea las condiciones ideales para los procesos naturales de desintoxicación. Complementos alimenticios como CoQ10, Omega-3 y NAC pueden ser suplementos útiles según las necesidades, pero nunca sustituyen un estilo de vida saludable.

Tu hígado trabaja 24/7 por ti; es hora de que tú trabajes conscientemente por él. La inversión en la salud del hígado es una inversión directa en tu longevidad. Empieza hoy con pequeños pasos: alarga tu fase de ayuno nocturno, integra más crucíferas en tu alimentación y presta atención a tu ritmo circadiano. Tu hígado, y tu yo futuro, te lo agradecerán.

Quellen

Literatur:

  • Chatterjee, N., Sharma, R., Kale, P. R., Trehanpati, N., & Ramakrishna, G. (2025). Is the liver resilient to the process of ageing?. Annals of Hepatology, 30(2), 101580.
  • Mantle, D., & Hargreaves, I. (2019). Coenzyme Q10 and degenerative disorders affecting longevity: an overview. Antioxidants, 8(2), 44.

Índice

    Cesta de la compra 0

    Su cesta de la compra está vacía

    Empezar por la compra